Propuestas indígenas de Evelyn Matthei son insuficientes

Domingo Namuncura-postal1Estamos ante una propuesta conservadora de relación con los PPII, que sigue manteniendo el concepto de “integración” por sobre el de “inclusión”. La diferencia no es sólo semántica: es política y doctrinaria. Aún cuando es posible destacar como una idea novedosa, transformar a la Región de la Araucanía en una Región Multicultural, la candidata pareciera dar a entender que la cuestión indígena se redujese a un asunto de carácter territorial y no nacional.

Escribe Domingo Namuncura, Director del Programa de Derechos Indígenas Fundación Chile 21

La candidata presidencial de la Alianza por Chile, señora Evelyn Matthei, ha dado a conocer su programa de gobierno. En particular, en referencia a la cuestión social y política indígena propone un Acuerdo Nacional a partir del reconocimiento de la diversidad expresada en la existencia y vigencia de los Pueblos Indígenas (PPII).

En el documento se reconoce además un extenso proceso histórico de relaciones “con diferentes estados” de situación con la sociedad chilena. Se dice que las políticas públicas más bien contribuyeron históricamente a una pérdida de identidad y a procesos de asimilación sin respetar las diferencias. Esto ha resultado, se dice, en un menoscabo que no puede continuar y por esa razón se propone este Acuerdo Nacional para avanzar hacia la construcción de un Chile intercultural. Dicha construcción implica el reconocimiento constitucional de los PPII, como medida de justicia y visibilización. Se plantea el desafío de que Chile se reconozca a su vez como sociedad multicultural y se plantea la creación del Consejo Nacional de PPII, como órgano representativo de los Pueblos y el estudio de la idea de un Ministerio indígena con consulta.

En materia de interculturalidad, la candidata de la Alianza por Chile propone “crear puentes entre las diferentes culturas” (no indica cuáles ni como); aumentar los recursos del programa de educación intercultural bilingüe; aumentar la cobertura de beca; crear liceos de excelencia en localidades con alta densidad indígena; aumentar los recursos para nuevos Jardines infantiles interculturales; la producción de materiales didácticos y declarar a la Región de la Araucanía como región multicultural, oficializando ahí el Mapudungun como idioma oficial.

Finalmente, se sugiere ayudar a recuperar y fortalecer la identidad de los indígenas que viven en las ciudades (urbanos) y crear un Fondo de fortalecimiento para constituir préstamos para negocios interculturales.

En relación con Tierras y Aguas (tema extremadamente sensible para los PPII), la candidata propone sólo “perfeccionamientos legales y administrativos” en el proceso de entrega de tierras. Hasta aquí el “programa indígena”.

Claramente es insuficiente. Desde el marco conceptual hasta el detalle de las políticas que se proponen es pobre. Iniciativas relevantes como el Ministerio Indígena y el Consejo Nacional de Pueblos ya son proyectos de Ley enviados al Congreso por la entonces Presidenta Michelle Bachelet en el 2009 y cabe recordar que ha sido el Gobierno del Presidente Piñera quien congeló ambas iniciativas.

En la propuesta programática de la señora Evelyn no hay reconocimiento a la Deuda Histórica del Estado con los PPII. A lo más se reconoce un cierto “menoscabo” en el trato brindado históricamente a los pueblos, pero no se hace mención a las condiciones estructurales de discriminación e injusticias acumuladas. Por cierto, en el documento no hay ninguna mención a la importancia de los Tratados internacionales, como la Declaración de la ONU sobre PPII (2007) y la aplicación efectiva del Convenio 169 para enmendar las relaciones del Estado con los Pueblos originarios. Todos estos temas que son fundamentales para establecer un marco de nuevas relaciones son claramente omitidos en el programa.

Respecto de políticas públicas el que Chile se reconozca como sociedad multicultural no es lo mismo a que se considere como un país pluricultural. Y no se señala si la “nueva institucionalidad” que se propone apuntará o no a un Estado plurinacional, que son temas y demandas que emergen en un escenario de mayor globalidad y modernidad de los Estados a nivel mundial.

En los temas sensibles, como Tierras y Aguas, no basta “perfeccionar” la entrega de tierras. La demanda indígena hoy es superior y se trata de temas nuevos como autodeterminación y autonomía, temas sobre los cuales la candidata no se pronuncia en su programa.

En síntesis: estamos ante una propuesta conservadora de relación con los PPII, que sigue manteniendo el concepto de “integración” por sobre el de “inclusión”. La diferencia no es sólo semántica: es política y doctrinaria. Y aún cuando es posible destacar como una idea novedosa, transformar a la Región de la Araucanía en una Región Multicultural (y el concepto moderno es, en realidad, referido a la interculturalidad), la candidata pareciera dar a entender que la cuestión indígena se redujese a un asunto de carácter territorial y no nacional.

Una auténtica política indígena tiene carácter nacional y debe considerar a varios Pueblos originarios, en el norte, centro y sur de Chile y no se agota en una definición local-geográfica, por interesante o atractiva que pueda ser.

La propuesta programática de la Señora Evelyn Matthei, en definitiva refleja más bien una mirada todavía distante de la realidad de los PPII y diferente a la calidad de las demandas nuevas que hoy emergen en un contexto mundial en donde se relevan de manera especial los derechos de género, de Pueblos indígenas y derechos colectivos emergentes que requieren de las sociedades y de los Estados una nueva mirada.

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