El factor humano

joelEscribe Joel Muñoz*

Trabajolismo. Ausentismo. Presentismo. Baja productividad. Depresión. Sentimientos de exclusión o de falta de reconocimiento. Autoestima dañada. Alto consumo de tranquilizantes. Consumismo. Endeudamiento. Sentimientos de infelicidad. Aumento de la violencia intrafamiliar. Femicidios. Aumento de la drogadicción y el alcoholismo. Resolución violenta y muchas veces sangrienta de conflictos en colegios y liceos. Exacerbación de la farándula. Explotación de las noticias violentas. Ausencia de sueños. Política desprestigiada. Iglesia cuestionada. Individualismo. Promoción del éxito fácil. Malos resultados en la educación. Brecha cada vez más grande entre ricos y pobres. Falta de oportunidades. Desigualdad. Ausencia de liderazgos. Percepción de dos países: los que aparecen en la tele y el resto.

Esta es una rápida enumeración de la situación del factor humano hasta antes de la llegada del nuevo gobierno y hasta antes del terremoto, estudiados por respetables organismos internacionales y empresas especializadas en mediciones cualitativas.

Estos elementos daban cuenta consistentemente de una crisis entre los chilenos. Cada uno de ellos contribuye de algún modo a configurar un todo. Se puede identificar y diferenciar entre causas y efectos. Lo cierto es que todos los elementos se influyen y dan como resultado un amenazante estado de fragmentación de la identidad. Se siente, se piensa, se hace, se desea en diversas direcciones, no hay relación entre lo que se expresa con lo que se realiza efectivamente. Y esto comienza a ser parte de la vida cotidiana, aceptado como parte del paisaje.

Esta crisis del factor humano se expresa en tensión, estrés, vacío, soledad, miedo. La emoción prevalente es el naufragio, sentirse a merced de un sistema arrollador, como el costo a pagar por acceder a ciertos beneficios de un acceso material inmediato que actúa como droga satisfactoria por unos días. Pan para hoy, hambre para mañana.

En este contexto, se elige un nuevo gobierno como algo para probar. Tal vez en esa promesa de cambio podría venir algo para aliviar la crisis humana. Es totalmente comprensible que mucha gente pensara así.

En este mismo contexto del factor humano, el país enfrenta el terremoto, la destrucción, la pérdida de vidas, casas, trabajo, historias, esfuerzos de generaciones, sueños. No se conoce algún estudio serio post terremoto y post instalación del gobierno sobre la situación en que se encuentra la gran mayoría como personas en sus emociones, sueños, autoestima, actitudes, valores y conductas. Se puede predecir que hoy la identidad está aún más fracturada. Se habla del terremoto interno, que seguramente supera con creces la magnitud del desastroso sismo real. Los medios hacen enormes esfuerzos por mostrar “casos exitosos” de hombres, mujeres y niños con capacidad de resiliencia, de salir de la crisis por sus propios méritos. Pero la gran mayoría aún está silenciosa, sin poder pararse frente a la nueva realidad. Mientras se discute el presupuesto de la reconstrucción en el Congreso, la gente espera en silencio.

El gobierno de Bachelet puso calmantes a la crisis del factor humano con su política de cercanía a la gente. Puso una cuota de afectividad y liderazgo emocional que la gente reclamaba a gritos. Junto a algunas políticas que daban un sello de preocupación por los más excluidos.

El tratamiento del nuevo gobierno a la profunda crisis del factor humano está ausente de toda conversación. No será raro ver los efectos de este abandono en un tiempo más, cuando las personas puedan comprender lo sucedido y se cristalicen las emociones de rabia, pena, resentimiento, soledad y exclusión. Cuando se articulen las redes básicas y busquen expresión propia. Si hubo ausencia de sueños y sensación de infelicidad en las últimas décadas, no es difícil pensar que esto se transformará en una situación grave y crítica, que se potencie y  se manifieste, tarde o temprano, de formas insospechadas, no necesariamente complacientes con quienes dirigen el país. Si no hay conducción, liderazgo humano, de nada servirán las acciones materiales y la cantidad de millones que se inviertan, sobre todo si son percibidos como un buen negocio para los de siempre. ¿Quién asumirá la responsabilidad sobre el desarrollo humano en Chile? ¿No es la vida de las personas la principal responsabilidad de la política?

*Publicista

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