Thomas Trebat: el futuro económico para Brasil es pesimista

BrasilEl director del Columbia Global Centers en América Latina con sede en Río de Janeiro, Thomas Trebat, indicó que a pesar de la bonanza económica experimentada en Brasil durante la última década, las tendencias para los próximos años no son favorables.

En el marco de la Tercera Jornada de Políticas Públicas UDP–Columbia University, realizada por el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Diego Portales el 28 de octubre, el doctor en economía y director del Columbia Global Centers en América Latina, con sede en Río de Janeiro, Thomas Trebat, se refirió al futuro político y económico de Brasil a partir de las recientes elecciones presidenciales en ese país y el triunfo de Dilma Roussef.

Trebat explicó que el mayor crecimiento en Brasil durante los últimos años se debe principalmente al sector agropecuario, gracias a programas sociales que han fomentado el uso de las tierras y la consecuente exportación de soya y maíz a China, y cuyo mayor impacto se ha reflejado en el aumento de los ingresos de las familias más pobres.

No obstante, la bonanza económica que Brasil habría experimentado durante los gobiernos de Lula da Silva y el primer gobierno de Dilma Rousseff, sufriría un decaimiento debido a la escasa inversión que este país hace en investigación científica y en mejorar la infraestructura del país, lo que explicaría el descontento social.

“La clase media crece rápidamente, sin embargo, Brasil invierte muy poco en investigación. Con suerte la inversión es de un 18% del PIB” dijo.

En la actividad también expuso el ex asesor presidencial de Ricardo Lagos y director de la Cátedra Globalización y Democracia, Ernesto Ottone, quien señaló que Brasil ha recorrido el mismo camino del resto de los países latinoamericanos, donde posterior a la volatilidad, se adquiere un importante crecimiento, pero que al final decae.

Ambos expertos concordaron en la necesidad de que Brasil regule la existencia de partidos instrumentales, que tienen fines únicamente económicos, mejore su inversión interna y convierta en un país estable económicamente, que pueda fortalecer su relación con la otra potencia económica de Latinoamérica: México, sin convertir esta relación en una opción de liderazgo político.

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